30/7/14

El diagnóstico en las fuentes clásicas


El Eje del Espíritu dice:


 "La manifestación obvia no puede estar oculta, porque no libera yin y yang. El diagnóstico correcto puede hacerse mediante la observación y la captación del pulso, al mismo tiempo. Si uno no puede distinguir los cinco sonidos ni los cinco colores diferentes, no puede conocer el trastorno de las cinco vísceras zang. Por eso lo interno corresponde a lo externo, del mismo modo que la sombra sigue a su cuerpo. El médico puede especular con lo interno, basándose en los cambios externos; pero también puede especular con lo externo, a partir de los cambios internos”.

El Gran Análisis de la Correspondecia del Yin y el Yang dice: 



 “Un buen diagnóstico distingue el yin y el yang, empezando por observar el aspecto y sentir el pulso. Si se quiere aplicar un tratamiento adecuado y hacer un diagnóstico correcto, hay que distinguir lo claro de lo turbio que tiene el color, para conocer cuáles son las partes patológicas; observar la respiración y escuchar el sonido, para juzgar qué es lo que sufre el paciente; analizar los cambios estacionales del pulso, para reconocer a qué se debe la enfermedad; analizar si el pulso es flotante, profundo, resbaladizo o lento, en la parte de pulso chi y cun, para saber dónde se encuentra la posición patológica”

Las Cuestiones Evidentes dice: 


“Si uno no pregunta cuándo empezó la enfermedad, las preocupaciones del paciente, la dieta inadecuada, la permisividad en el modo de vida o los problemas producidos por venenos, y se limita a tomar el pulso, ¿cómo puede hacer un diagnóstico correcto?”

“En términos generales, todas las enfermedades febriles están producidas por el frío”

"Cuando un hombre sabio encuentra una enfermedad, empieza por conocer los cielos y la tierra, el yin y el yang, la ley de las cuatro estaciones, los ocho derechos y los nueve fenómenos, y entonces puede hacer un diagnóstico correcto”

Li Yanxia, un médico de la Dinastía Ming, dijo: 

“Los cuatro métodos de diagnóstico son como las cuatro extremidades del cuerpo. Un buen médico no debe prescindir de ninguno de ellos, lo mismo que el cuerpo humano no puede perder ninguna de las cuatro extremidades”